El presunto triunfo de Joe Biden como el presidente de los Estados Unidos le da a la República Dominicana, sin que tenga nada que ver, una lección diplomática por haber asumido a último momento las causas de ese país como fue el voto en el Consejo de Seguridad de la ONU y la supuesta mudanza de la embajada de RD a la ciudad de Jerusalén, ambas pretensiones de Donald Trump.
El cambio de la embajada pudo ser lo peor porque Israel no lo solicitó ni por su embajada ni por su Cancillería. Fue obra de una institución civil de judíos que funciona en la RD y que ha mantenido en alto, aunque institución desconocida, los lazos de amistad que tradicionalmente unen a los dos países desde la apertura a los perseguidos por el nacionalismo de Hitler.
La puesta en favor de los Estados Unidos, léase de los postulados del presidente Trump en materia de política exterior sobre el tema Irán, quizás fue lo más criticado en los ámbitos de la política internacional, puesto que se olvidó que RD siempre ha votado en la ONU con la mayoría, algo que trazó el doctor Balaguer y se ha mantenido tras los gobernantes posteriores.
El votar junto a USA sobre la resolución del Consejo de Seguridad de no renovar el embargo de armas del organismo mundial a Irán, se pudo interpretar que fue una concesión innecesaria a un régimen (de Trump) que podría estar terminando justo en enero 2021 cuando se daría un golpe de timón a su política exterior.
En el análisis que publiqué el pasado 15 de agosto, cuando se juramentaba el presidente Luis Abinader dije lo siguiente: “Cosa extraña hasta para los que desconocen los tejemanejes de la diplomacia es que el mismo secretario de Estado Pompeo, quien pidió hace poco a los norteamericanos no visitar la RD, estuvo presente en la juramentación de Abinader”.
Posteriormente me permití en condición de analista político de larga data, y a título personal, advertir sobre el riesgo que podría correr la RD al tomar para sí las causas de los Estados Unidos (del presidente Trump) en medio de una campaña electoral que podría llevar al ex vicepresidente Biden a la Casa Blanca.
De consolidarse la victoria de Biden no tardará en anunciar su equipo de transición que posiblemente lo presida la embajadora Susan Rice, quien fuera consejera de Seguridad de la Casa Blanca y embajadora ante la ONU. “De mujer a mujer”, recibirá las copias de credenciales de la embajadora dominicana Sonia Guzmán.
Biden fue sabio al nominar como su compañera a la abogada afroamericana Kamala Harris, de cuyo primer nombre se burlaron los adversarios. La Harris es hija de un jamaiquino y una hindú, estudió en algunas universidades del Este como Howard, en el D.C. y fue procuradora general en San Francisco, California.
Al atardecer de ayer Biden llevaba una ventaja en los estados de Pennsylvania, Nevada, Arizona y Georgia que haría imposible que Trump superara. A la mansión de Biden se acercó en la mañana un refuerzo del servicio secreto y se prohibió el vuelo de aeronaves en ese perímetro. Pero Trump denunció un fraude.
En RD querían a Trump
La predilección de dominicanos en los sectores altos del poder no es fácil de explicar. En el análisis del 12 de septiembre se dijo: “ Entre Trump y Biden, negociando bien, los dominicanos debían escoger al demócrata porque de los 20 aspirantes a la nominación presidencial es el único que ha visitado Santo Domingo…”
Por más pequeño que sean los países tienen que darse a respetar. Por eso tras cinco meses de tira y hala entre los Estados Unidos y Cabo Verde por el reclamo del brazo financiero del presidente venezolano Maduro, el gobierno caboverdiano no ha consolidado su conveniencia de entregar a Alex Saab.
Si Biden es declarado presidente de seguro hará cambios importantes como retornar a la Organización Mundial de la Salud (OMS) y limpiar el Departamento de Estado que sufriría su segunda remoción en cuatro años ya que Trump votó a muchos diplomáticos de carrera que estimaba eran demócratas.
La reversa en la política exterior complacerá a los países europeos excepto a las dictaduras como la de Eslovenia cuyo primer ministro felicitó a Trump “por su elección” tras los primeros cómputos en los cuales aparecía arriba. No esperó que escrutaran los votos de Maryland, New Jersey y Nueva York.
Durante sus casi cuatro años el presidente Trump castigó sin pena a los países amigos. Algunos los llamó “hoyo de letrina” como a Haití, a los centroamericanos y africanos; regañó cuando quiso a China y a Rusia mientras hacía público “sus amores” con el dictador norcoreano Kim Jong-un.
Insultos y empujones
Los insultos y los empujones fueron mayores en su país. Trump sacó del puesto de secretario de Estado en el 2018 a Rex Tillerson, a quien había conquistado desde el más alto cargo de la petrolera Exxon. A poco Tillerson se cansó de la compostura del presidente y en privado le llamó “estúpido”.
El sustituto fue Mike Pompeo, un engendro del Tea Party, de la línea más dura que la dura que viajó por todo el mundo, llamaba a los presidentes, primeros ministros y cancilleres. Así lo hizo con el dominicano, Danilo Medina, a quien supuestamente planteó la inconveniencia de postularse a la reelección.