La primera temporada de LeBron James siguió un guion muy diferente al soñado. La narrativa devolvió un curso accidentado, plagado de problemas físicos y con evidentes problemas de química dentro del vestuario. La primera lesión importante de su carrera y consiguiente ausencia en playoffs espoleó a muchos a afirmar que el reinado de LeBron había terminado y que la jerarquía de la liga invitaba al cambio.
Más de un año después, el guion ha sido escrito una bonita epopeya en el polo opuesto de aquella tragicomedia inicial. En su segunda campaña en Los Ángeles, James ha conquistado el cuarto anillo de su carrera y ha devuelto la gloria a los Lakers tras una de las peores décadas en la historia de la franquicia. Y ahora que han vuelto a la cima, el de Akron ha alzado la voz para que el mundo sepa que no se ha olvidado de quienes dudaban de él.
“Le dije a Jeanie [Buss] cuando vine aquí que iba a volver a poner a esta franquicia en el lugar que le corresponde. Su difunto y gran padre lo había hecho durante muchos años y ella asumió ese mismo papel tras ello. Como parte de una franquicia histórica como esta, es un sentimiento increíble. No solo para mí. Sino también para mis compañeros, para la organización, los entrenadores y todos los que están aquí. Sólo queremos respeto. Rob [Pelinka] quiere respeto. El entrenador [Frank] Vogel quiere respeto. Nuestra organización quiere respeto. La Laker Nation quiere respeto. Y yo también quiero un maldito respeto”, declaró tras el encuentro.
El 16 veces All-Star se ha sentido menospreciado a lo largo de la temporada. Después de no recibir el premio al MVP de la temporada se desahogó ante los medios de comunicación y mostró su frustración sobre los estándares seguidos para entregar el galardón. Un patrón que ha seguido en varias ocasiones durante su carrera. Quizá porque él mismo ha estado sujeto a un escrutinio al que ningún otro jugadores en la historia de la NBA ha tenido que hacer frente.
En los presentes playoffs ha demostrado estar a ese nivel que tanto se le exige. A menos de tres meses de cumplir 36 años ha promediado casi 30 puntos en las Finales, liderando a su equipo en anotación, rebotes y asistencias. Tras un nuevo éxito individual y colectivo, los argumentos de todos aquellos que ponen en entredicho su legado se han terminado por reducir a su mínima expresión.