En una sesión en video del Consejo Económico y Social de la ONU, Tedros dijo que hace dos meses se creía que la vacuna demoraría entre 12 y 18 meses. Pero agregó que está en progreso un esfuerzo acelerado, con apoyo de 7.400 millones de euros (8.000 millones de dólares) prometidos hace una semana por dirigentes de 40 países, organizaciones y bancos para investigación, tratamiento y pruebas.
Agregó que los 8.000 millones de dólares no serán suficientes y que se necesitarán fondos adicionales para acelerar el desarrollo de una vacuna, pero más importante, para producir suficientes “para asegurarse de que esta vacuna llegue a todos”.
“Ahora tenemos buenas candidatas”, dijo Tedros. “Las principales son alrededor de siete, ocho, pero tenemos más de 100 candidatas”.
“Nos enfocamos en las pocas candidatas que tenemos que probablemente den mejores resultados y aceleramos esas candidatas con más potencial”, agregó.
Tedros no identificó a esas candidatas.
Desde enero, señaló, “la OMS ha estado trabajando con miles de investigadores de todo el mundo para acelerar y rastrear el desarrollo de una vacuna, desde el desarrollo de modelos animales hasta diseños de pruebas clínicas y todo lo demás”.
Tedros dijo que también hay un consorcio de más de 400 científicos involucrados en desarrollo de la vacuna y diagnóstico.
El director de la OMS enfatizó que el COVID-19 es “muy contagioso y es un asesino”, con más de 4 millones de casos reportados a la OMS y casi 275.000 muertes.
Aunque los casos nuevos disminuyen en Europa occidental, aumentan en Europa oriental, África, el sureste de Asia y otras regiones, agregó.
“La pandemia nos está enseñando muchas lecciones dolorosas”, dijo, sobre todo la importancia de tener sólidos sistemas de salud regional y nacional.
“Y, sin embargo, con las tendencias actuales, más de 5.000 millones de personas no tendrán acceso a estos servicios esenciales para el 2030”, como la posibilidad de ver a un trabajador de salud, acceder a medicina básica y tener agua potable en hospitales, comentó.
Enfatizó que conforme se atiende la pandemia de COVID-19, los países también deben colocar los cimientos para un mundo más saludable, seguro y justo.
AP/ EDITH M. LEDERER