Con Félix Fermín al mando entre 2000 y 2009, las Águilas cerraron el tramo más exitoso de equipo alguno en la pelota criolla, uno de nueve coronas en 13 torneos, cinco de ellas de su responsabilidad.
Aun así, Fermín no gusta a todo el gigante universo aguilucho como tampoco Phill Jackson logró consenso absoluto en los fanáticos de los Bulls y con Zinadine Zidane (¡que ganó tres Champions al hilo!) el madridismo agota la paciencia si encadena una quincena sin puntear.
Pero cuando el barco cibaeño peligra llegar a puerto El Gato maeño siempre aparece en las quinielas salvadoras de las gradas y oficinas del parque Cibao y esta vez la opción funciona, casi a pedir de boca.
Tras partir en 2009, su primer regreso a Santiago (2011-2014) se transó con dos finales perdidas ante el Escogido y el más reciente (2016-2017) finalizó despedido por Manny Acta, quien bajó de la oficina y se uniformó a mediados de noviembre cuando iban con 10-12.
Las cuyayas que tomó ahora el ex torpedero de Piratas, Marineros, Indios y Cachorros jugaban para 9-4 bajo sus riendas antes de la jornada del jueves, empatadas en la tercera posición, un equipo que él tomó el 16 de noviembre con 12-15, en el quinto lugar y a dos partidos de la clasificación.
Un Fermín que si bien ya ha pasado una docena de eneros desde que se bañó en cerveza por última vez, que los ajustes defensivos están en carpetas repletas de gráficos y el toque de bola ahora es visto como una herejía, él defiende una idea conservadora del juego.
“El béisbol es el mismo. Si yo tengo que tocar y el corazón me dicta que tengo que tocar, voy a tocar. Si quiero dejarlo batear, voy a dejarlo batear, pero yo también uso mi corazón, todo lo que yo he logrado como manager se lo debo a corazonadas mías”, dice Fermín, de 56 años.
¿Qué hizo para cambiar el rumbo del club? El único estratega evade el mérito y lo único que se atribuye es el ejercicio sicológico de “decirle que se diviertan”.
Pero el gran ajuste llegó en el pitcheo. Con Omar López en el banco, las Águilas tenían la peor efectividad de la liga (3.94) y ayer ya había trepado a la segunda posición (3.19), solo detrás de los Toros (2.94).
“Eso existía (informes de avanzada), había muchas informaciones, lo que pasa es que no salían al aire (al público) pero se buscaba. Tenemos un cuerpo de operaciones de béisbol muy responsable, me la hacen llegar, la hago en los juegos. He estado los últimos 12 años dirigiendo en México y allá también se gasta un dineral en eso de la sabermetría”, dijo Fermín.
El martes, el ex torpedero venezolano Omar Vizquel fichó para dirigir en 2020 a los Toros de Tijuana en la Liga Mexicana de Béisbol (verano) y así pone en pausa la fila que hacía para ocupar una plaza en las Grandes Ligas.
Fue un camino que Fermín, a quien los Indios cambiaron a los Marineros por Vizquel en 1993, tomó en 2006 cuando abandonó las ligas menores en suelo estadounidense para irse al país azteca.
“Cuando decidí hace 12 años dejar las ligas menores de Cleveland, me dijo el gerente que ahora es de Toronto (Mark Shapiro) ‘Felix, no te vaya, si te vas te va a cerrar las puertas de Grandes Ligas’. Pero ya yo había decidido irme porque económicamente que las ligas menores”, dijo.
Desde entonces, Fermín ha dirigido a los Sutanes de Monterrey en dos etapas (2007-2010 y 2015-2017), Delfines de Ciudad del Carmen (2012-2014), Tecolotes de los Dos Laredos (2018-2019) y Hieleros de Aguascalientes (2019).