LONDRES.- El embajador británico en Estados Unidos, Kim Darroch, presentó este miércoles su dimisión a raíz de la polémica surgida al filtrarse unos documentos en los que calificaba a la Administración de Donald Trump de “disfuncional” e “inepta”.
El presidente de EE.UU. criticó duramente al embajador después de que la prensa británica revelase que Darroch había afirmado en unos documentos internos que para comunicarse con Trump es “necesario presentar argumentos simples”, incluso toscos.
Tras conocerse la dimisión, la primera ministra británica, Theresa May, lamentó en el Parlamento que Darroch sintiera la necesidad de dimitir como jefe de la misión del Reino Unido en Washington.
May subrayó que su Administración había manifestado el “total apoyo” al embajador y resaltó que un Gobierno depende de funcionarios que puedan dar un asesoramiento “completo y franco”.
“Desde la filtración de los documentos oficiales de esta embajada, hubo muchas conjeturas en torno a mi posición y la duración de mi ciclo como embajador. Quiero poner fin a esta especulación. La actual situación hace imposible poder realizar mi labor como quisiera”, señaló Darrach en su nota, remitida al secretario de Estado de Exteriores, Simon McDonald.
“La profesionalidad y la integridad del servicio civil británico (exterior) es la envidia del mundo”, agregó.
En los textos filtrados, revelados el domingo por el “Mail on Sunday”, el embajador escribió: “No creemos realmente que esta Administración vaya a ser mucho más normal; menos disfuncional, menos impredecible; menos divida en facciones; menos torpe diplomáticamente e inepta”.
La residencia oficial de Downing Street había indicado el lunes que la función de un embajador es hacer evaluaciones políticas “honestas” del país donde está destinado, si bien sus opiniones no sean compartidas por el Gobierno del Reino Unido.
En otro documento, el representante británico en EE.UU. indicó que Trump se sintió “deslumbrado” por la pompa y el boato desplegado por Londres durante su reciente visita de Estado al Reino Unido, donde fue recibido por la reina Isabel II. EFE