Después de varias semanas especulando sobre el lugar y la fecha, la Casa Blanca anunció hoy que el segundo encuentro de la historia entre los jefes de Estado de EE.UU. y Corea del Norte se producirá «cerca del final de febrero», aunque no desveló cuál será el escenario de la cita.
Durante varios días, medios estadounidenses y surcoreanos han informado de que Vietnam y Tailandia figuran entre las opciones que barajan los equipos negociadores; mientras que The Washington Post aseguró ayer que la ciudad vietnamita de Danang, en la costa del mar de China, suena con fuerza como sede.
La noticia sobre la fecha del encuentro se produjo después de que Trump se reuniera durante una hora y media en el Despacho Oval de la Casa Blanca con el responsable de la inteligencia norcoreana, Kim Yong-chol, que se ha convertido en uno de los principales negociadores de Corea del Norte con EE.UU.
En un breve comunicado, la portavoz de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders, anunció: «El presidente Donald J. Trump se reunió con Kim Yong-chol durante una hora y media para abordar la desnuclearización y la segunda cumbre, que tendrá lugar cerca del final de febrero».
«El presidente -añadió Sanders- espera reunirse con el líder Kim en una lugar que se anunciará más tarde».
Es la segunda vez que Trump recibe al enviado norcoreano, que supuestamente llevaba consigo una carta de su líder, aunque por el momento EE.UU. no ha confirmado la existencia de esa misiva.
El emisario norcoreano ya visitó Washington el año pasado, cuando entregó a Trump en la Casa Blanca otra carta de Kim Jong-un, en un viaje que sirvió para concretar definitivamente la primera e histórica reunión entre los gobernantes de ambos países en Singapur en junio de 2018.
Antes de llegar a la Casa Blanca, el jefe de la inteligencia de Corea del Norte se reunió a puerta cerrada en un hotel de Washington con el secretario de Estado, Mike Pompeo, y con el enviado especial de EE.UU. para el país asiático, Steve Biegun.
Esas negociaciones, que duraron unos 45 minutos, fueron «productivas» y sirvieron para hacer «progresos» en los «compromisos» que formularon Trump y Kim Jong-un en su cumbre de Singapur, detalló uno de los portavoces del Departamento de Estado, Robert Palladino.
El diálogo entre EE.UU. y Corea del Norte apenas ha mostrado avances desde la histórica cumbre de Singapur, en la que los dos jefes de Estado acordaron trabajar para la desnuclearización de Corea del Norte a cambio de que Washington garantizara su supervivencia.
Desde entonces, las autoridades norcoreanas han pedido a EE.UU. el levantamiento de sanciones y la firma de un tratado de paz entre las dos Coreas antes de hacer cualquier concesión, incluido el desmantelamiento de su arsenal nuclear, que considera un elemento disuasorio para garantizar su existencia como país.
Mientras tanto, el Gobierno estadounidense ha insistido en la necesidad de una desnuclearización «completa, verificable e irreversible» de Corea del Norte; y lleva meses tratando de que Pionyang fije plazos para su desarme y permita la presencia de observadores internacionales.
Las reuniones de ayer se produjeron a puerta cerrada, aunque Pompeo, Biegun y Kim comparecieron brevemente ante las cámaras de televisión antes de entrar a la sala de negociaciones en The Dupont Circle Hotel, un establecimiento de cuatro estrellas en el corazón de Washington.
Los tres posaron ante las cámaras en silencio y con gesto serio, dejando a un lado una pared de color carmesí con una estantería de libros con plantas y una foto de Martin Luther King Jr.
Las reuniones fueron tan productivas que Pompeo invitó a comer al emisario norcoreano y al resto de la delegación, integrada por la directora del departamento del Frente Unido, Kim Song-hye, y el director general del departamento para Asuntos Americanos de la cancillería norcoreana, Choe Kang-il.
La delegación norcoreana tiene previsto quedarse hasta el sábado en EE.UU.EFE