Se trata de Rafael Antonio Díaz, de alias “Buche”, a quien la Policía identifica como el dueño de un punto de drogas en la zona donde ocurrió el hecho, se entregó la tarde de ayer a las autoridades en la parroquia de la iglesia Santa Cruz, situada en la zona norte de esta ciudad.
El acusado es interrogado por un equipo de fiscales de la Fiscalía de Peravia.
Anoche, Díaz se declaró inocente del hecho que le imputa la Policía,
“Yo soy inocente; yo no estaba en el sitio donde se produjo el hecho. Yo estaba en mi casa y cuando escuché los disparos me tiré al suelo con mis hijos”, dijo el hombre, mientras permanecía esposado, bajo custodia de la Dicrim.
Más temprano había llegado a la comandancia policial de Baní el director general de la Policía, mayor general Ney Aldrin Bautista, quien dirige personalmente las operaciones para establecer las circunstancias en que se produjo la muerte de uno de los coroneles con mayor valoración en la localidad, de acuerdo a sus compañeros.
Además del director de Policía, también estaba presente el procurador fiscal de la provincia Peravia, Ángel Darío Tejeda, y otros fiscales que trabajan en este caso.
El general Juan Gerónimo Brown Pérez, jefe de la Regional Sur Central de la Policía con asiento en esta ciudad, había prometido dar una respuesta contundente a la ejecución de este crimen, y le dijo a los familiares del coronel abatido que podían estar seguros que la institución de orden público iba a resarcir este hecho.
El coronel Ramos Álvarez fue asesinado a tiros frente a un punto de drogas en el barrio Santa Cruz.
El oficial se había presentado al lugar en un operativo regular de persecución de puntos de droga, cuando fue recibido a tiros, presuntamente, por el dueño del punto, solo conocido como Buche, según informe de la policía local.
El cuerpo del oficial de la Policía fue llevado al hospital regional Nuestra Señora de Regla, de aquí, donde decenas de unidades policiales se presentaron de inmediato y luego conocieron del fallecimiento de su compañero.