Al destacar que los 71 parques de zonas francas instalados en 25 provincias son “una historia de crecimiento y de diversificación” que al 2017 contaban con 665 empresas y una inversión de US$4,500 millones, Tavares manifestó que es urgente cambiar algunos paradigmas “que se han ido distorsionando en los últimos 20 años” con el fin de asegurar que el plan maestro tenga éxito.
Tavares fue el orador invitado del almuerzo conmemorativo del 30 aniversario de Adozona, que contó con la presencia del presidente de la República, Danilo Medina, y su gabinete de gobierno, además de representantes del sector empresarial.
Tavares sostuvo que el sector tiene la posibilidad en el futuro de crecer entre 10 y 15%, y alcanzar un millón de empleos directos, pero que para esto se deben ver las zonas francas como “Zonas del Desarrollo Acelerado”.
Apuntó también, como segundo paradigma, que se debe repensar “el llamado gasto fiscal”. En este punto señaló que el gasto fiscal es un concepto teórico que se incluye en el presupuesto por exigencia de organismo internacionales pero que “a la zona franca no se le da ni un chele”. Aseguró que “un incentivo no necesariamente conlleva una erogación de efectivo”.
Un tercer paradigma expuesto por Tavares fue la tasa de cambio. En este punto expuso que “una política monetaria de un peso ligeramente débil sería un estímulo para las exportaciones”.
Aclaró que no está abogando para ser más competitivo en base al valor relativo del peso frente a otras monedas “pero sí tenemos que reconocer que es un factor que debemos tomar en cuenta por su impacto en la dinámica de las exportaciones nacionales”.
Como cuarto paradigma señaló la competitividad en función de otros países, indicando que a veces se hace un análisis muy simplista. Negó que sean los bajos salarios lo que hacen las zonas francas del país más competitivas y dijo que salarios más altos dependen de mayores niveles de productividad. Recomendó hacer un análisis integral de “nuestra competitividad”. Recomendó evaluar salarios, costos de electricidad, transporte, tasas de interés, costos de construcción y otros indicadores que evalúa el Foro Económico Mundial como: la calidad de la educación, la institucionalidad, el tamaño del mercado, la innovación, entre otros.
Como último paradigma dijo que se deben reenfocar los incentivos. Sostuvo que estos son necesarios para compensar “ineficiencias en otras áreas que nos hacen menos competitivos”. Agregó que se debe cambiar el discurso y no pensar en los incentivos como un mal, como un sacrificio o como un privilegio, sino que se debe ver como una herramienta de desarrollo.